El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es un trastorno médico complejo y debilitante que se caracteriza por una fatiga grave que dura al menos seis meses y que no se alivia con el descanso. Para ser diagnosticado con SFC, los pacientes deben cumplir con los criterios establecidos, que incluyen fatiga crónica y cuatro o más síntomas adicionales, como deterioro de la memoria a corto plazo o de la concentración; dolor de garganta; sensibilidad en los ganglios linfáticos; dolor muscular; dolor articular sin hinchazón ni enrojecimiento; dolores de cabeza de nuevo tipo, patrón o gravedad; sueño no reparador; y malestar post-ejercicio de más de 24 horas de duración.
La causa exacta del SFC puede resultar complicada de encontrar, aunque se ha sugerido que puede estar relacionada con una infección viral previa, como la causada por el virus de Epstein-Barr. Además, se ha propuesto que el SFC puede estar relacionado con disfunciones en el sistema inmunológico y otros procesos biológicos como desarrollaremos más adelante
El tratamiento farmacológico convencional para el SFC se enfoca en el manejo de los síntomas individuales, ya que no se ha demostrado que ningún medicamento influya en el curso de la enfermedad. Además, se pueden recomendar terapias no farmacológicas, como la fisioterapia y el ejercicio, mejorar la capacidad del paciente para realizar actividades físicas y reducir la fatiga.
Es importante destacar que muchos pacientes con SFC pueden mejorar espontáneamente con el tiempo, aunque también pueden experimentar períodos de remisión y recaída. Además, es esencial descartar otras condiciones médicas subyacentes que puedan estar causando la fatiga y otros síntomas.
Los síntomas de Fatiga Crónica pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
· Fiebre leve
· Dolor de garganta recurrente
· Ganglios linfáticos dolorosos
· Debilidad muscular
· Dolor muscular
· Fatiga prolongada después del ejercicio
· Dolor de cabeza recurrente
· Dolor articular
· Depresión
· Alteraciones del sueño (hipersomnia o insomnio)
· Fatiga extrema que no se alivia con el descanso
· Problemas de sueño
· Dificultad para concentrarse o recordar cosas
· Sensibilidad a la luz, el ruido y otros estímulos
· Problemas gastrointestinales
· Palpitaciones o arritmias cardíacas
FATIGA CRÓNICA CAUSAS
La Fatiga Crónica puede ser un trastorno complicado de diagnosticar y tratar, y puede tener diversas causas subyacentes que deben ser consideradas. Detallo algunas de las posibles causas que se deben descartar como primera línea de diagnóstico de la Fatiga Crónica:
1.Cardio-respiratoria: enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
2.Neuroendocrina: hipotiroidismo, hipertiroidismo, disfunción adrenal y diabetes.
3.Gastrointestinal: enfermedades malignas, enfermedad celíaca, enfermedades hepáticas y cirrosis.
4.Hematológicas: anemia, enfermedades autoinmunes, deficiencias (incluyendo el hierro), linfoma y leucemia.
5.Infecciosa: virus de Epstein Barr, VIH, enfermedad de Lyme y otras infecciones virales.
6.Neuropsiquiátrica: problemas del sueño (como apnea y disrupciones de los ciclos circadianos), depresión, esclerosis múltiple, miastenia gravis, trastornos bipolares, esquizofrenia, demencia, anorexia nerviosa y bulimia.
7.Otras causas: uso de ciertas medicaciones y efectos secundarios de las mismas, abuso de sustancias como el alcohol y otras drogas, acumulación de metales pesados en el organismo, fluctuaciones de peso corporal.
Como segunda línea de diagnóstico, causas subyacentes más comunes:
Existen otras posibles causas que deben considerarse en el diagnóstico de Fatiga Crónica.
1.Morfología celular en la serie roja: una variedad de trastornos hematológicos puede contribuir a la Fatiga Crónica, incluyendo la anemia y otras alteraciones de la serie roja, la macrocitosis, microcitosis.
2.Alergias: las alergias, aquellas que afectan a los pulmones, también las alergias alimentarias, pueden causar Fatiga Crónica.
Cuando el sistema inmunológico detecta una sustancia extraña en el cuerpo, se produce una respuesta inflamatoria para eliminarla. Esta respuesta inflamatoria es mediada por diversas sustancias químicas, como las citoquinas y los quimiocinas, que son producidas por las células del sistema inmunológico.
Durante la respuesta inflamatoria, se produce una cascada de eventos bioquímicos que incluyen la activación de la vía de señalización NF-kB y la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y radicales libres. Estos compuestos pueden dañar las células y los tejidos circundantes y contribuir a la inflamación crónica.
La inflamación crónica puede afectar la función cerebral de varias maneras. Primero, la inflamación puede interferir con la barrera hematoencefálica, una estructura que protege el cerebro de sustancias extrañas en la sangre. La inflamación puede hacer que la barrera sea más permeable, lo que permite que las sustancias inflamatorias ingresen al cerebro y afecten la función cerebral.
Además, la inflamación crónica puede afectar la producción de neurotransmisores en el cerebro. Por ejemplo, la producción de serotonina, una sustancia química que regula el estado de ánimo y el sueño, puede verse afectada por la inflamación. La inflamación también puede afectar la producción de dopamina y noradrenalina, sustancias químicas que están involucradas en la regulación del estado de ánimo y la atención.
Las alergias pueden afectar el cerebro a través de la inflamación crónica, que puede interferir con la barrera hematoencefálica y afectar la producción de neurotransmisores. Estos cambios bioquímicos pueden contribuir a la fatiga crónica y otros trastornos neurológicos.
3.Exposición tóxica medioambiental: la exposición a ciertas sustancias químicas y metales pesados, como el mercurio, puede causar Fatiga Crónica.
4.Disfunciones del Sistema Autónomo y Sistema Nervioso Central: estas disfunciones pueden contribuir a la Fatiga Crónica, incluyendo la disautonomía, el síndrome de fatiga postural ortostática y otras afecciones.
5.Disfunciones Inmunológicas: la Fatiga Crónica puede ser el resultado de un sistema inmunológico disfuncional, como en el caso de la enfermedad autoinmune.
6.Infecciones: algunas infecciones crónicas pueden contribuir a la Fatiga Crónica, incluyendo la enfermedad de Lyme y la infección por el virus del herpes simple y cándida (se detalla más adelante)
7.Disfunciones relacionadas con la salud mental: la Fatiga Crónica puede ser causada o agravada por problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático.
8.Disfunciones músculo-esqueléticas: las enfermedades crónicas como la fibromialgia y el síndrome de dolor miofascial, disfunción mitocondrial, pueden causar Fatiga Crónica.
9.Estrés oxidativo: los radicales libres y el estrés oxidativo pueden dañar las células y los tejidos del cuerpo, lo que puede contribuir a la Fatiga Crónica.
10.Desajustes endocrinos como problemas con la glucosa Hipoglucemias, Hiperglucemias, y que estén causando estrés oxidativo, Disfunción Adrenal, Hipotiroidismo
11.Medicaciones como píldoras anticonceptivas, métodos anticonceptivos, antihistamínicos, corticoesteroides, medicación para la depresión, tranquilizantes y sedantes
12.Candidiasis, Candidiasis intestinal, Heces con Cándida La infección por Cándida albicans puede afectar la función de las células T y las células asesinas naturales, lo que ha sido relacionado con la fatiga crónica. Un número significativo de pacientes con este síndrome, ha reportado una respuesta positiva a agentes antifúngicos orales y dietas “anti- Cándida”. La candidiasis crónica debe ser considerada como un factor que contribuye a la fatiga crónica en pacientes que han tenido infecciones vaginales recurrentes o han recibido tratamiento con antibióticos, anticonceptivos orales o glucocorticoides sistémicos.
Perfil típico de persona con Cándida, Candidiasis intestinal, heces con cándida
Género: Femenino
- Edad: 15 a 50 años Síntomas generales:
- Fatiga crónica
- Pérdida de energía
- Malestar general
- Disminución de la libido
Síntomas gastrointestinales:
- Candidiasis oral (aftas)
- Distensión abdominal, gases
- Calambres intestinales
- Picazón anal
- Alteración de la función intestinal
Síntomas del sistema genitourinario:
- Infección vaginal por hongos
- Infecciones frecuentes del tracto urinario
- Quejas menstruales principalmente
Síntomas del sistema nervioso:
- Depresión
- Irritabilidad
- Incapacidad para concentrarse
Síntomas del sistema inmunológico:
- Alergias
- Sensibilidad a productos químicos
- Baja función inmunitaria
Antecedentes:
- Infecciones vaginales crónicas por hongos
- Uso crónico de antibióticos para infecciones o acné
- Uso de anticonceptivos orales
- Uso de hormonas esteroides orales
Condiciones asociadas:
- Síndrome premenstrual
- Sensibilidad a alimentos, productos químicos y otros alérgenos
- Trastornos endocrinos
- Psoriasis
- Síndrome del intestino irritable
Estas son las pruebas que puedes realizar para saber si podrías tener fatiga Crónica y ayudar con un mejor diagnóstico
Esta analítica nos podría dar una imagen general de ciertas disfunciones y aportaría información para seguir investigando de manera más profunda sobre las causas subyacentes a la posible Fatiga Crónica.
·Conteo Sanguíneo Completo: Esta prueba nos permite identificar si hay una posible anemia o infección en el organismo. También nos permite evaluar la morfología celular, es decir, la forma y tamaño de las células sanguíneas, que podría indicar la presencia de alguna enfermedad.
·Velocidad de Sedimentación Globular: La VSG mide la velocidad a la que los glóbulos rojos se sedimentan en un tubo de ensayo. Un aumento en la VSG podría indicar la presencia de una inflamación en el cuerpo.
·Iones o electrolitos: Esta prueba evalúa los niveles de minerales como el sodio, el potasio y el cloro en la sangre. Un desequilibrio en estos niveles puede causar fatiga y otros síntomas.
·Glucosa y HbA1C: Estas pruebas miden los niveles de azúcar en la sangre y pueden indicar la presencia de diabetes, hipoglucemias y propio causante de estrés oxidativo.
·Proteína C Reactiva: Esta proteína se produce en el hígado en respuesta a una inflamación en el cuerpo. Un aumento en los niveles de PCR podría indicar la presencia de una enfermedad inflamatoria.
·CK (Creatina Cinasa) El marcador CK en pacientes con fatiga crónica puede indicar daño muscular y disfunción mitocondrial. Los niveles elevados de CK pueden estar relacionados con la gravedad y duración de los síntomas de fatiga crónica.
·BUN y Creatinina: Estas pruebas evalúan la función renal. Un aumento en los niveles de BUN y creatinina podría indicar una disfunción renal, pérdida de masa muscular, poco metabolismo muscular, atrofia muscular.
·Función Hepática (ALT, AST GGT): Estas pruebas evalúan la función del hígado. Un aumento en los niveles de estas enzimas podría indicar daño hepático, también daño muscular (Sobre todo la ALT), relación con problemas cardiovasculares.
·Función Tiroides (TSH, T-3- T-4): Estas pruebas miden los niveles de hormonas tiroideas y pueden indicar si hay una disfunción tiroidea.
·Cortisol: Esta hormona está relacionada con el estrés y su nivel en sangre puede indicar si hay una disfunción en las glándulas suprarrenales.
Tratamiento para la Fatiga Crónica
A continuación detallo sustancias que podrían ser usadas en pacientes con Fatiga Crónica, que tuvieron resultados clínicos óptimos y fueron estudiadas en ensayos clínicos, pero por favor consulte con su médico o terapeuta antes de tomar cualquiera de estas sustancias podría resultar contraproducente según sea su condición clínica, no todas las sustancias son aptas para todos los pacientes ni tienen por qué usarse todas a la vez
Magnesio: El magnesio es esencial para la síntesis de la adenosina trifosfato (ATP), la principal forma de almacenamiento de energía en el cuerpo.
Varios estudios encontraron que la deficiencia de magnesio se asocia con la fatiga crónica en algunos pacientes.
La suplementación con magnesio oral alivió los síntomas en algunos pacientes, pero otros requirieron terapia parenteral.
La deficiencia moderada o grave de magnesio se trató con éxito en pacientes con fatiga crónica mediante suplementación oral o intramuscular.
Vitamina B12. Estudios sugieren que los pacientes con Fatiga Crónica (CFS) tienen una capacidad limitada de transportar la vitamina B12 a través de la barrera hematoencefálica.
En un ensayo sin control, se encontró que la administración frecuente de grandes dosis intramusculares de vitamina B12 era beneficiosa para los pacientes con CFS.
Complejo de vitaminas B, multivitamínico-multimineral. La deficiencia de vitaminas B puede causar fatiga y se ha encontrado que los pacientes con CFS tienen bajos niveles de tiamina, riboflavina y vitamina B6.
En un ensayo cruzado doble ciego, la administración de una fórmula de multivitamínico-multimineral de alta potencia que contenía vitaminas B mejoró los síntomas del CFS durante 3 meses, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa.
Aunque no hay evidencia definitiva de que las vitaminas B o un suplemento multivitamínico-multimineral puedan aliviar los síntomas en personas con CFS, es razonable incluir uno o ambos suplementos como parte de un programa integral de tratamiento.
Ácido folínico. En un ensayo no controlado, el tratamiento con ácido folínico 3-4 veces al día durante 1-2 meses disminuyó los síntomas en una gran proporción de pacientes con CFS o síntomas similares asociados a otra enfermedad.
Nicotinamida Adenina Dinucleótido (NADH) en su forma reducida, tiene un papel importante en la producción de energía a través de la cadena de transporte de electrones. En un estudio doble ciego, se demostró que el tratamiento con NADH tuvo efectos beneficiosos en algunos pacientes con Síndrome de Fatiga Crónica (SFC).
Treinta y cinco pacientes con SFC fueron asignados aleatoriamente para recibir, a doble ciego con NADH o placebo en una única dosis matinal durante 4 semanas. Tras un periodo de lavado de 4 semanas, recibieron el tratamiento alternativo durante otras 4 semanas. Nueve pacientes que recibieron psicofármacos durante el estudio fueron excluidos del análisis final. De los 26 pacientes evaluables, la proporción de los que obtuvieron una respuesta positiva (definida como una mejora del 10% o más en la puntuación acumulada de los síntomas) fue significativamente mayor con NADH que con placebo (31% frente a 8%; p < 0,05).
No se observaron efectos secundarios graves, aunque unos pocos pacientes notificaron efectos secundarios leves (como estar demasiado estimulado, pérdida leve de apetito o un sabor extraño y sequedad) el primer día de tomar NADH
De los pacientes evaluados, se encontró que la proporción de aquellos que tuvieron una respuesta positiva (definida como una mejora del 10% o más en una puntuación de síntomas acumulativos) fue significativamente mayor en el grupo que recibió NADH que en el grupo que recibió el placebo.
No se observaron efectos secundarios graves, aunque algunos pacientes informaron de efectos secundarios menores en el primer día de tratamiento con NADH.
Aminoácidos. La excreción urinaria de aminoácidos de 24 horas fue subnormal en una alta proporción de pacientes con CFS en un estudio. En un ensayo no controlado, la suplementación con una mezcla de aminoácidos (individualizada según las concentraciones plasmáticas de aminoácidos) resultó en una mejora clínica significativa después de 3 meses en 15 de 25 pacientes con CFS.
Ribosa: El CFS está relacionado con la producción de energía mitocondrial deficiente. La ribosa juega un papel en la síntesis de adenosina trifosfato (ATP) y puede ser útil para mejorar la producción de energía. En un ensayo no controlado, la administración de ribosa se asoció con una mejora modesta en pacientes con CFS y/o fibromialgia.
L-Carnitina: La carnitina es importante para la producción de energía. En pacientes con CFS, los niveles de carnitina sérica son significativamente más bajos que los valores de referencia.
Ácidos Grasos: Existen estudios que han examinado el efecto de una preparación que contiene aceite de onagra y aceite de pescado en pacientes con SFC. En uno de los estudio, el tratamiento activo fue significativamente más efectivo que el placebo.
En otro estudio, una proporción mayor de pacientes mejoró en el grupo de placebo que en el grupo de tratamiento activo.
Se sugiere que los pacientes con síndrome de fatiga crónica post-viral pueden tener anormalidades bioquímicas diferentes a los pacientes con otros tipos de SFC.
Se precisan más estudios para determinar si el aceite de onagra y el aceite de pescado son beneficiosos para un subconjunto de pacientes con SFC.
OTRAS SUSTANCIAS USADAS EN PACIENTES CON FATIGA CRÓNICA
Estas otras sustancias fueron empleadas en pacientes con fatiga crónica pero no deberían ser utilizadas bajo ningún concepto sin supervisión médica o terapéutica.
Glycyrrhiza glabra (licorice root). Un hombre con CFS que no respondió a numerosos tratamientos experimentó una recuperación casi completa después de unos pocos días de tratamiento con Glycyrrhiza glabra (raíz de regaliz). Se cree que el regaliz funcionó al disminuir la degradación del cortisol y la aldosterona, lo que resultó en niveles más altos de estas hormonas en el cuerpo.
Sin embargo, es importante resaltar que el uso prolongado del regaliz puede provocar hipertensión e hipopotasemia.
Dehydroepiandrosterone (DHEA). Los pacientes con CFS tienen anormalidades en la secreción o el metabolismo de DHEA. En un ensayo no controlado, las mujeres con CFS que tenían concentraciones séricas «subóptimas» de DHEA-S mostraron una mejora clínica después del tratamiento con DHEA durante 6 meses.
Adenosine monophosphate (AMP) ha sido usado para tratar infecciones de herpes simple y herpes zóster, y se ha planteado la posibilidad de que pueda ser beneficioso para otras infecciones virales, incluyendo el síndrome de fatiga crónica (SFC). En un estudio, 56% de los pacientes con SFC reportaron una disminución en la fatiga, una mejora en la memoria y en la concentración después de recibir inyecciones intramusculares de AMP.
Estas inyecciones pueden ocasionar dolor en el pecho de forma temporal, algo que se puede prevenir dividiendo la dosis y administrándola en dos veces.
Es importante asegurarse de que no se suministre con la aguja directamente en la vena ya que la administración rápida de adenosina intravenosa puede provocar arritmias cardíacas y otros efectos secundarios.
Hidrocortisona: Se ha evidenciado que los pacientes con fatiga crónica tienen niveles significativamente más bajos de cortisol plasmático matutino en comparación con los controles saludables.
En un ensayo doble ciego, la administración de hidrocortisona en dosis bajas mejoró la fatiga en pacientes con fatiga crónica sin causar supresión adrenal. En otro estudio en el que se empleó una dosis más alta de hidrocortisona, se observó una mejoría clínica, pero el 34% de los pacientes desarrollaron supresión adrenal, lo que sugiere que es peligroso tratar la fatiga crónica con hidrocortisona en dosis más altas.
Esta sustancia en dosis bajas puede resultar un tratamiento efectivo y seguro para algunos pacientes con fatiga crónica, especialmente para aquellos que tienen evidencia clínica o de laboratorio de una función adrenal reducida.
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